Quinta Gameros

El actual Centro Cultural Universitario, mejor conocido por su nombre inicial, la Quinta Gameros, es uno de los principales atractivos cuando se viaja a la Ciudad de Chihuahua. Su creador de origen colombiano, Don Manuel Gameros dio por terminada esta maravilla arquitectónica en pleno 1910.

La Quinta Gameros fue una finca producto de la pasión del Cadete Gameros por su prometida Elsa Muller a quien pensaba regalársela. Tras el intento fallido de conquista, pasó a manos de Pancho Villa, quien en nombre del amor, también se la otorgó a una mujer: la  Sra. Luz Corral, la segunda esposa en una curiosa lista de 26.

Esta impresionante estructura, es considerada como una de las mansiones más hermosas de México por su glamour y elegancia Art Nouveau francés. El proyecto nació bajo la inspiración de Don Manuel quién pretendió erguir una construcción que lo representara en la ciudad del gran estado chihuahuense.

Por si fuera poco, este inmueble fue testigo del estallido de la Revolución Mexicana; sin embargo, hoy, la bella mansión es un museo y está abierta a todo público. ¡Imagínate todo lo que tiene por contar!

Su belleza y pasado revolucionario

La mansión ocupa una superficie de mil metros cuadrados y está custodiada por hermosos jardines cuidadosamente ornamentados. El recinto también posee una menuda vista en su entrada principal, pues cuatro figuras femeninas lo adornan cual centinelas y en su interior es posible apreciar delicados vitrales que filtran una exquisita luz.

Sus refinados detalles de madera, grandes cortinas y exquisitos candelabros distinguen a este edificio como un palacio digno de cuento de hadas.

Posteriormente, cuando Pancho Villa tomó la capital de Chihuahua se hizo de la Quinta Gameros. Y, en 1914, Venustiano Carranza, también pasó a la lista de dueños, transformándola por unos meses en su residencia oficial.

Luego del agitado momento de la Revolución y reestablecido el orden nacional, la Quinta pasó a ser habitada nuevamente por la familia Gameros, hasta que en 1926 los dueños decidieron venderla al gobierno del estado.

La magnífica historia de este incomparable lugar no termina ahí, ya que en1954 el inmueble pasa a ser la Rectoría de la Universidad de Chihuahua y siete años más tarde se convirtiera en lo que es hoy: uno de los museos más emblemáticos de México.

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